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Ford Revira en su Estrategia Eléctrica: Miles de Millones en Riesgo y un Golpe a la Industria de Baterías

Ford Revira en su Estrategia Eléctrica: Miles de Millones en Riesgo y un Golpe a la Industria de Baterías

Ford ha sacudido la industria automotriz estadounidense esta semana al reducir sus ambiciones de vehículos eléctricos (VE) y apostar con más fuerza por su negocio principal de camionetas de gasolina. Las repercusiones de esta decisión ya se sienten mucho más allá de las fronteras de Estados Unidos, con la cancelación de miles de millones de dólares en pedidos de baterías a LG Energy Solution (LGES) y SK On de Corea del Sur. Esta reestructuración amenaza miles de empleos y podría dejar una marca duradera en la industria de baterías.

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Este giro estratégico de Ford se produce en un momento crucial para el desarrollo de la movilidad eléctrica. La compañía ha cancelado un acuerdo de 34 gigavatios-hora (GWh) con LG Energy Solution, valorado en 6.5 mil millones de dólares, que estaba previsto para suministrar baterías entre 2026 y 2030. Estos volúmenes, suficientes para alimentar casi medio millón de VEs al año (asumiendo un paquete de 75 kWh), ya no se consideran necesarios por Ford para sus camionetas eléctricas de gran tamaño, como la F-150 Lightning, cuya producción actual se está reduciendo debido a que no alcanzó los volúmenes de masa ni la rentabilidad esperada.

Además, LGES también iba a suministrar otras 75 GWh de baterías de 2027 a 2032 para la línea de vehículos comerciales de Ford. Estos paquetes se fabricarían en la planta de LG Energy Solution en Polonia y estarían destinados a vehículos comerciales eléctricos para Europa. La decisión de Ford también ha afectado su joint venture de baterías de 11.4 mil millones de dólares con SK On, resultando en el despido de 1.600 trabajadores en la planta de Kentucky. Bajo el nuevo acuerdo, Ford tomará el control total de la instalación de Kentucky, mientras que SK On se quedará con la planta de Tennessee. Ambas empresas planean reorientarse hacia sistemas de almacenamiento de energía estacionaria (ESS).

La reevaluación de Ford también implica la postergación de la próxima generación de la F-150 Lightning (Proyecto T3) y una furgoneta comercial eléctrica. En su lugar, la compañía redirigirá capital y recursos de ingeniería hacia las camionetas de gasolina, mientras que los VEs más pequeños y asequibles, construidos sobre su futura Plataforma Universal para VEs, serán el eje de su estrategia eléctrica.

Este reajuste de Ford no ocurre en un vacío. Paralelamente, dieciséis estados han demandado a la administración Trump por segunda vez este año, alegando que se están reteniendo fondos federales destinados a expandir la red de carga para VEs. La coalición, liderada por el Fiscal General de California, Rob Bonta, argumenta que el Departamento de Transporte de EE. UU. está reteniendo fondos aprobados por el Congreso para proyectos de carga de VEs, paralizando así importantes iniciativas de infraestructura.

En otro frente, Scout Motors, respaldada por el Grupo Volkswagen, ha obtenido una licencia en Colorado para vender sus futuros vehículos eléctricos e híbridos de autonomía extendida directamente a los clientes, eludiendo el modelo de concesionario tradicional. Esta decisión, tomada por la Junta de Vehículos Motorizados de Colorado, podría sentar un precedente para otros estados y permitir a Scout Motors tener un mayor control sobre la venta y el precio de sus vehículos, evitando los sobreprecios que a menudo se aplican en los concesionarios.

La industria de las baterías, vital para la transición a la movilidad eléctrica, se enfrenta a un panorama incierto con estos cambios. Los largos plazos de desarrollo y producción de las baterías hacen que las cancelaciones de pedidos masivos como este tengan un impacto significativo, afectando no solo a los fabricantes de baterías sino también a la creación de empleo y al avance tecnológico en el sector. La dependencia de la cadena de suministro global y las fluctuaciones en la demanda de VEs, sumadas a las políticas gubernamentales, plantean desafíos considerables para la estabilidad y el crecimiento de la industria.




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A favor

  • Ford se enfoca en la rentabilidad al reajustar su estrategia de VEs.
  • La compañía redirige recursos hacia camionetas de gasolina y VEs más pequeños y asequibles.
  • Scout Motors avanza en su modelo de venta directa al consumidor en Colorado.
  • La industria de almacenamiento de energía estacionaria (ESS) se beneficia de la reorientación de los fabricantes de baterías.

En contra

  • Cancelación de miles de millones de dólares en pedidos de baterías, afectando a proveedores clave y empleos.
  • Retraso en la producción de modelos eléctricos prometedores de Ford.
  • Incertidumbre para la industria de baterías ante cambios estratégicos de grandes fabricantes.
  • Potencial ralentización en la expansión de la infraestructura de carga de VEs debido a disputas por financiación federal.

Impacto en la Industria de Baterías

  • Cancelación de pedidos multimillonarios de Ford a LGES y SK On.
  • Pérdida de miles de empleos en la cadena de suministro de baterías.
  • Reorientación de LGES y SK On hacia sistemas de almacenamiento de energía estacionaria (ESS).
  • Incertidumbre sobre la planificación de capacidad de producción de baterías a nivel global.

Nuevos Modelos de Distribución

  • Scout Motors obtiene licencia para vender VEs directamente en Colorado.
  • El modelo de venta directa busca un mayor control sobre precios y experiencia del cliente.
  • Posible precedente para otros estados y fabricantes de VEs.
  • Desafíos legales y oposición de concesionarios tradicionales esperados.

Políticas y Financiación de VEs

  • 16 estados demandan a la administración Trump por retener fondos de carga para VEs.
  • Alegaciones de retención ilegal de fondos aprobados por el Congreso.
  • Impacto potencial en la expansión de la red de carga pública.
  • Disputa legal sobre la autoridad de gasto federal ('power of the purse').

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