
El primer BMW M 100% eléctrico, el i4 M50, llega con la promesa de ser la alternativa cero emisiones al icónico M4, anticipando lo que podría ser un futuro M3 eléctrico. Con 544 CV de potencia y una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 3,7 segundos, las cifras son impresionantes. Sin embargo, nos pusimos al volante para descubrir si más allá de los números queda algo de la magia y el placer de conducir que han definido a BMW M durante décadas.

El i4 M50 no parte de una plataforma eléctrica dedicada, sino que adapta la arquitectura CLAR de los actuales BMW Serie 4 Gran Coupé. Se instalan dos motores eléctricos, uno en cada eje, alimentados por una batería de 83,9 kWh ubicada en el suelo del vehículo. Esta configuración baja el centro de gravedad, pero añade 550 kg, elevando el peso total hasta unos considerables 2.215 kg, una cifra que se acerca peligrosamente a la de un SUV de gran tamaño y que inevitablemente pasa factura en su comportamiento dinámico.

A pesar de sus 544 CV y 795 Nm de par (disponibles solo en modo Sport Boost durante 10 segundos), el peso lo convierte en un coche que, aunque brutalmente rápido en línea recta, carece de la agilidad esperada. En autopista es un viajero excepcional, estable y confortable. Sin embargo, su elevado consumo, que difícilmente baja de 24 kWh/100 km a velocidades legales, limita su autonomía real a unos 300 km, obligando a planificar paradas cada 200 km para no sufrir ansiedad.

En tramos de curvas, el i4 M50 demuestra que un buen crono no es sinónimo de deportividad. La dirección, aunque precisa, carece de la comunicación necesaria para inspirar confianza al límite. El sobrepeso es palpable, y el coche tiende a alargar la trayectoria en las curvas (subviraje), prefiriendo los virajes amplios a las carreteras reviradas. Competidores como el Tesla Model 3 Performance se sienten más ágiles y divertidos al volante. Además, el sonido artificial compuesto por Hans Zimmer, aunque curioso al principio, puede volverse repetitivo y hacer que se eche de menos el rugido de un seis cilindros en línea.
En el interior, la calidad es la esperada en un BMW, con una gran pantalla curva como protagonista, aunque en nuestra unidad de prueba sufrió un apagón temporal, un fallo que parece ser conocido en el modelo. La habitabilidad es buena y el portón trasero da acceso a un generoso maletero de 470 litros, lo que lo convierte en una opción versátil para el día a día.
En conclusión, el BMW i4 M50 es un Gran Coupé eléctrico extraordinariamente rápido y práctico, pero no es el deportivo que la letra M en su portón promete. Es más un i4 más potente que una antesala de un futuro M eléctrico. Ofrece aceleraciones de infarto y un buen confort, pero su peso y un dinamismo mejorable lo alejan de la pureza y agilidad que definen a los verdaderos deportivos de la marca bávara.
Equipamiento
El equipamiento destacado incluye una suspensión adaptativa SelectDrive M, llantas de gran diámetro (hasta 20 pulgadas opcionales), un kit de carrocería M con difusores traseros, un interior dominado por una gran pantalla curva que integra instrumentación y sistema multimedia, y el sistema de sonido artificial 'BMW Iconic Sounds Electric' compuesto por Hans Zimmer.
Precio y Garantías
El BMW i4 M50 tiene un precio de venta como vehículo nuevo superior a los 85.000 euros. En el mercado de segunda mano, es posible encontrar unidades con menos de 10.000 km por un precio inferior a los 65.000 euros.
Competidores
El artículo lo compara directamente en comportamiento dinámico y sensaciones de conducción con el Porsche Taycan 4S, el Tesla Model 3 Performance y el más radical Hyundai Ioniq 5 N.
A favor
- Aceleración fulgurante y recuperaciones instantáneas.
- Buena habitabilidad y un maletero práctico de 470 litros.
- Elevado confort y estabilidad en viajes por autopista.
- Calidad de acabados y presentación interior.
En contra
- El elevado peso de 2.215 kg compromete el dinamismo en curvas.
- Autonomía real en autopista limitada (aprox. 300 km) por su alto consumo.
- La dirección no transmite suficiente información y el coche tiende al subviraje.
- No ofrece las sensaciones de conducción puras de un BMW M tradicional.