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Elon Musk Anuncia: Los Tesla con FSD Permitirán Enviar Mensajes en Semanas, Desafiando la Ley

Elon Musk Anuncia: Los Tesla con FSD Permitirán Enviar Mensajes en Semanas, Desafiando la Ley
Elon Musk Anuncia: Los Tesla con FSD Permitirán Enviar Mensajes en Semanas, Desafiando la Ley

Elon Musk ha vuelto a generar controversia con un audaz anuncio sobre el futuro inmediato de la conducción autónoma de Tesla. Durante la reciente junta de accionistas, el CEO afirmó que en un plazo de "uno o dos meses", los vehículos equipados con Full Self-Driving (FSD) en su modalidad supervisada permitirán a los conductores enviar mensajes de texto o leer mientras el coche está en movimiento. Esta declaración, sin embargo, llega sin una explicación clara sobre cómo se superarán los importantes obstáculos legales que prohíben explícitamente estas actividades al volante en la mayoría de jurisdicciones.

Este anuncio coincide con otro retraso en el lanzamiento de la tan esperada conducción autónoma total sin supervisión. A pesar de que Musk insiste en que están "a pocos meses" de lograrlo, es una promesa que la compañía viene repitiendo desde 2019 sin materializarse. Con esta nueva demora, la autonomía de Nivel 4 o 5 de Tesla podría no ser una realidad hasta, como mínimo, 2026.

El principal desafío de la propuesta de Musk radica en la legalidad. Permitir que un conductor desvíe su atención de la carretera para interactuar con un dispositivo móvil implica que el vehículo asume toda la responsabilidad, lo que lo clasificaría en un Nivel 3 de autonomía o superior según la SAE. La legislación actual, tanto en Estados Unidos como en Europa, no contempla esta posibilidad, y el uso del móvil al volante sigue siendo una infracción grave. Para que esta funcionalidad sea legal, Tesla debería certificar su sistema FSD bajo estos nuevos estándares y asumir la responsabilidad legal completa en caso de accidente, algo que la compañía aún no ha hecho.

La opacidad en los datos de seguridad del FSD sigue siendo un punto crítico. Aunque Tesla publica informes trimestrales de seguridad, sus métricas son a menudo cuestionadas. Las estadísticas se basan en "millas recorridas entre accidentes", pero solo consideran colisiones que despliegan los airbags, excluyendo incidentes menores. Además, existe un sesgo importante, ya que la mayoría de los kilómetros con Autopilot o FSD se registran en autopistas, que son inherentemente más seguras, y los conductores de Tesla suelen representar un perfil demográfico de menor riesgo.

En un paso hacia una mayor transparencia, Tesla ha comenzado a desglosar las estadísticas de seguridad del FSD supervisado de las del Autopilot. No obstante, esto no resuelve la ambigüedad fundamental: los datos aún reflejan una conducción colaborativa entre humano y máquina, no la seguridad del sistema por sí solo.

Un claro ejemplo de la brecha entre las promesas y la realidad es el programa piloto de robotaxis de Tesla en Austin, Texas. Estos vehículos, que utilizan una versión teóricamente más avanzada del software de conducción autónoma, registran un accidente cada 100.000 kilómetros, una cifra considerablemente más baja que los casi 8 millones de kilómetros entre accidentes que Tesla publicita para su FSD supervisado.

En conclusión, aunque Tesla sigue marcando el ritmo en el debate sobre la movilidad autónoma, sus anuncios a menudo superan la velocidad de sus avances tecnológicos y regulatorios. La idea de enviar mensajes mientras el coche conduce es fascinante, pero pone de manifiesto las enormes lagunas técnicas y legales que aún deben ser resueltas. Hasta que la compañía ofrezca datos fiables y las regulaciones se adapten, promesas como esta seguirán siendo, por ahora, solo eso: promesas.

A favor

  • Avance conceptual hacia una automatización total que redefine el tiempo del conductor.
  • Impulsa el debate y la innovación en el campo de la conducción autónoma.
  • Tesla comienza a diferenciar las estadísticas de seguridad entre Autopilot y FSD, ofreciendo más claridad.

En contra

  • El anuncio choca frontalmente con las legislaciones de tráfico vigentes.
  • Continúan los retrasos en el lanzamiento de la conducción autónoma sin supervisión.
  • Falta de transparencia y sesgos en los datos de seguridad presentados por la compañía.
  • No se ha detallado un plan claro para obtener la certificación legal necesaria.
  • La tasa de accidentes del programa robotaxi es significativamente mayor que la reportada para el FSD supervisado.

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