Mientras gran parte de Europa observa a Noruega, Dinamarca o los Países Bajos como los referentes indiscutibles en la adopción del vehículo eléctrico, un caso de éxito más cercano y sorprendente está emergiendo en la península ibérica. A diferencia de los líderes nórdicos, cuyo éxito se atribuye a un alto poder adquisitivo y generosos subsidios, Portugal está demostrando que es posible acelerar la transición a la movilidad eléctrica sin contar con las mismas condiciones económicas.
En contraste con países como España, Italia o las naciones de Europa del Este, donde la implantación del coche eléctrico es todavía limitada, Portugal ha logrado un avance notable. Según datos recientes, la cuota de mercado de vehículos 100% eléctricos (BEV) ya se aproxima al 30% en las nuevas matriculaciones. Para ponerlo en perspectiva, en 2024 los BEV alcanzaron un 19,91% del mercado, y en la primera mitad de 2025, la cifra se ha consolidado en torno al 22%. Si incluimos los vehículos híbridos, los electrificados ya superan el 30% del total de ventas.
¿Cuáles son las claves de este 'milagro' portugués? El éxito se puede atribuir a una combinación estratégica de factores. Primero, la geografía compacta del país juega a su favor, mitigando la "ansiedad por autonomía", uno de los principales frenos para los compradores. En segundo lugar, Portugal ha desarrollado una infraestructura de recarga pública eficiente e interoperable, permitiendo a los usuarios acceder a múltiples puntos con un sistema unificado, sin la complicación de necesitar diversas aplicaciones o tarjetas.
El tercer pilar son las ventajas fiscales y ayudas directas. Los coches eléctricos en Portugal están exentos del impuesto de matriculación (ISV) y del impuesto de circulación (IUC). A esto se suman incentivos estatales para la compra y, de forma crucial, importantes deducciones del IVA para empresas y autónomos. Este último punto ha fortalecido enormemente la adopción en flotas, que actúan como un motor de crecimiento y visibilidad para la tecnología.
La situación en España ofrece un claro contraste. Aunque se están implementando medidas de fomento, la cuota de mercado de los BEV se mantiene significativamente más contenida. El caso portugués, superando la barrera del 20%, demuestra que la transición ha entrado en una fase de madurez. De la experiencia lusa se pueden extraer lecciones valiosas: la creación de una red de recarga coherente, el apoyo a flotas empresariales y las exenciones fiscales claras son factores decisivos para que los compradores den el paso definitivo hacia la movilidad eléctrica.
A favor
- Sólidos incentivos fiscales y exención de impuestos clave (matriculación y circulación).
- Infraestructura de recarga pública unificada y de fácil acceso para los usuarios.
- Fuerte impulso del mercado de flotas y empresas, que acelera la adopción.
- Geografía compacta que reduce la percepción de la 'ansiedad por autonomía'.
En contra
- La cuota de mercado en España es significativamente inferior, mostrando un retraso en la región.
- El crecimiento del mercado depende en gran medida de las ayudas estatales y ventajas fiscales.
- El modelo podría ser difícil de replicar en países más grandes y con redes de carga fragmentadas.
